Suave almíbar de martes, retorna a mis papilas como eco divino.
Risas, lloros, tormentos, leves lamentos e inmensas alegrías, sentirse viva, la vida en sí misma.
Todo o nada, llena o vacía pero queda ese almíbar.
Querer o no querer, ser o no ser, eternos dilemas.
Siento que mi cabeza se desborda y torna a una nueva retrospectiva. Quiero seguir así. Ser como eres y sentir que puedes serlo.
Es posible que para el mundo no seas nadie, pero para algunos eres un mundo.
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