martes, 1 de noviembre de 2011

Anoche soñé que soñaba


A veces soñamos con abismos infinitos, otras veces con sucesos tristes y tormentosos y en otros sueños simplemente somos felices.

Vale la pena soñar, ya que si el destino juega a tu favor, esos sueños pueden hacerse realidad, porque en ese sueño de castillos encantados con el que soñé un día, fui abriendo puerta tras puerta hasta encontrarme con una gran luz que no me dejaba ni abrir los ojos. Esa luz me proporcionaba una paz y una felicidad que llegué incluso a pensar que mi alma había alcanzado límites que ningún un sueño podría alcanzar...

Ahora abro los ojos. Ya no estoy soñando. Pero siento esa misma paz y felicidad que sentía cuando apareció esa luz. Miro a mi alrededor y te encuentro dormido, abrazándome con ternura protectora. Ni el parpadeo constante que refleja una incredulidad absoluta puede hacerme ver que me equivoco. Es real. Existe.

A veces esos sueños pueden hacerse realidad, es cierto. Existen personas que son como pequeñas estrellas que te ciegan tanto que no puedes creértelo. Cuando te miro veo esa luz en tus ojos, y sólo quiero, que aunque esto sea un sueño, no me despierte nunca.

Anoche soñé que soñaba, y en mis sueños tú siempre estabas.

PD: Te quiero

No hay comentarios:

Publicar un comentario