domingo, 23 de octubre de 2011


Nació tímido. Poco a poco se fue haciendo fuerte en este mundo. Hoy en día es una gran persona. Se ha forjado como el hombre que es, seguro de sí mismo, como debe ser.

La vida ocasiona muchos problemas, idas y venidas, giros insospechados que provocan vuelcos del alma que duelen, que dejan huella. Aunque a veces un suave almíbar cura esas heridas, las suaviza dejando un halo aterciopelado.

Fuiste lo que fuiste, y eso te ha hecho ser como eres, tú mismo. Quizás todo ese cariño que tienes lo tengas que manifestar al mundo, quizás quieras gritar muchas veces de alegría... y por ello me siento afortunada de recibir un solo susurro, una sola caricia, un solo beso...que a veces parece poco, pero que sin duda alguna es una gran fortuna.

Las buenas personas como tú, sí, como tú, se merecen una vida plácida y tranquila, alegre, y aunque me toque disfrutar de ella o en la lejanía o en la cercanía, cuando recuerde estos momentos se dibujará en mi cara una pequeña sonrisilla, picarona quizás, y recordaré que tú, que naciste tímido te has convertido en una persona que se merece ser feliz.

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