lunes, 1 de agosto de 2011

Cautiva en una cárcel de papel


Tengo miedo, sí, tengo miedo.

Tengo miedo de ser feliz. Tengo miedo de volver a sentir ese cosquilleo inquieto que te recorre el cuerpo como un pequeño bichito que se te ha metido entre la piel y logra que un escalofrio te atraviese como un haz místico.

Sí, tengo miedo.


Tengo miedo porque como dice el sabio refranero popular "no está hecha la miel para la boca del asno". No creo que el eden tenga entrada libre, ni creo que nadie personifique tantas virtudes en una misma esencia.



Tengo miedo de no tenerlo, y no saberme controlar, dejarme llevar por el cálido y fuerte pálpito, una sístole continuada, una diástole que arrastra todas y cada una de las moléculas de mi ser. Me aterra.


Me da miedo quitarme mi piel de aluminio que cubre mi piel desnuda y frágil, aunque no tengo miedo de que me hieran, si no de que las partículas llamadas sentimientos penetren hasta una profundidad que no pueda conocer.

Tengo miedo pero también tengo alegría de haber encontrado algo que siempre he anhelado, de poder mirar al frente con una sonrisa en los labios, de poder levantarme cada mañana con unos ojos felices, chispeantes, que miren tu foto y que dejen de sentir miedo.

2 comentarios:

  1. Bueno como ves ya estoy aki!! jeje la verdad k no puedo dejar de leerlo, me alegro k de alguna forma pueda llegar a alegrarte un pokito cada dia!! un besotee :)

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